
La camisa Oxford: historia, estilo y por qué nunca falla
Hay prendas que pasan de moda y otras que se transforman en parte del uniforme cotidiano del hombre que se viste bien sin pensarlo demasiado. La camisa Oxford pertenece claramente al segundo grupo. No es tendencia, no es exagerada y no intenta llamar la atención. Simplemente funciona. Y lo hace desde hace más de un siglo.
Antes de hablar de cómo usarla hoy, vale la pena entender de dónde viene y por qué sigue siendo una de las camisas más confiables del guardarropa masculino.
Un poco de historia: de la universidad al día a día
La camisa Oxford nace a fines del siglo XIX, cuando una fábrica escocesa desarrolló cuatro nuevos tejidos inspirados en universidades de prestigio. Uno de ellos fue el tejido Oxford, que terminó destacándose por encima del resto.
Su característica principal era (y sigue siendo) el tejido de algodón más grueso y resistente, creado a partir de un entramado particular que le da textura y durabilidad. Originalmente fue adoptada por jugadores de polo, que necesitaban una camisa cómoda, firme y que mantuviera el cuello en su lugar durante el movimiento. De ahí surge otro detalle clave: el cuello con botones (button-down).
Con el tiempo, la camisa Oxford salió del deporte y entró en la vida cotidiana. Universitarios, profesionales y luego marcas icónicas de la moda masculina la incorporaron como sinónimo de estilo relajado pero correcto. Desde entonces, no dejó de evolucionar, pero siempre mantuvo su esencia.
Qué hace especial a una camisa Oxford
A diferencia de una camisa de vestir clásica, la camisa Oxford:
Tiene más cuerpo y textura.
No necesita estar perfectamente planchada para verse bien.
Funciona igual de bien por dentro o por fuera del pantalón.
Es una camisa pensada para el uso real, no solo para ocasiones formales. Por eso se adapta tan bien al estilo smart casual.
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Por qué es clave tener camisas Oxford en el armario
Si tuviéramos que elegir pocas camisas para resolver la mayoría de las situaciones, la Oxford estaría siempre en la lista. ¿Por qué?
1. Es versátil de verdad
Funciona para:
Ir a trabajar sin traje.
Una reunión informal.
Una salida de noche tranquila.
Un almuerzo de fin de semana.
Con el mismo modelo, solo cambiando el pantalón o el calzado, el look se adapta solo.
2. Logra el equilibrio justo entre formal e informal
No es tan rígida como una camisa de vestir, pero tampoco tan relajada como una remera. Esa “zona media” es donde la mayoría de los hombres se mueve en el día a día.
La camisa Oxford comunica prolijidad sin esfuerzo, algo que se nota especialmente cuando no querés pensar demasiado qué ponerte.
3. Es cómoda y duradera
El tejido Oxford está hecho para usarse, lavarse y volver a usarse. Con el tiempo, lejos de verse vieja, se ve mejor. Gana carácter, suavidad y una caída más natural.
Es una de esas prendas que envejecen bien, algo cada vez más valorado.
Una prenda que no necesita explicación
La camisa Oxford no busca protagonismo. Simplemente acompaña. Es confiable, versátil y honesta. Por eso sigue vigente después de tantos años.
En Ganbaru creemos en ese tipo de prendas: las que resuelven el día sin complicaciones, las que te hacen ver bien sin sentirte disfrazado. Tener una buena camisa Oxford en el armario no es un lujo, es una decisión inteligente.

